TNH 1.1.07.02

Traducción (por revisar)

Es evidente que al formar la mayoría (si no todas) de nuestras ideas generales abstraemos de todos los grados particulares de cantidad y cualidad, y que las pequeñas diferencias de tamaño, duración u otras propiedades, no evitan que los objetos pertenezcan a la misma especie. Puede pensarse que estamos confrontados aquí por un claro dilema, que nos permite establecer la naturaleza de esas "ideas abstractas" sobre las cuales tanto han especulado los filósofos. ·He aquí cómo funciona el argumento·:

La idea abstracta de hombre representa a los hombres de todas los tamaños y cualidades, y sólo hay dos maneras en que podría hacer tal cosa: •representando todos los tamaños posibles y todas las cualidades posibles al mismo tiempo, o •no representando tamaños particulares o cualidades en absoluto. Lo primero es absurdo, porque implica una capacidad infinita de la mente. De manera que debemos optar por el último, y suponer que nuestras ideas abstractas no representan grados particulares de cantidad o cualidad.

Deberé intentar mostrar que esta inferencia es errónea, argumentando •que es absolutamente imposible concebir cualquier cantidad o cualidad sin formar una noción precisa de sus grados; y en segundo lugar, •que aunque la capacidad de la mente no es infinita podemos formar -todo al mismo tiempo- una noción de todos los posibles grados de cantidad y cualidad. Sin importar cuán imperfecta pueda ser nuestra manera de hacer esto, ha de ser por lo menos ·lo suficientemente buena para· servir a todos los propósitos del pensamiento y la conversación. (·Mi primer punto desafía la conclusión del argumento; el segundo socava una de sus premisas·.)

Bennett

It is evident that in forming most (if not all) of our general ideas we abstract from every particular degree of quantity and quality, and that objects aren’t prevented from belonging to the same species by small differences in size, duration, or other properties. It might be thought that we are here confronted by a plain dilemma, which will let us settle the nature of those ‘abstract ideas’ that philosophers have speculated about so much. ·Here is how the argument runs·:

The abstract idea of man represents men of all sizes and all qualities, and there are only two ways it might do that: by •representing all possible sizes and all possible qualities at once, or by •representing no particular sizes or qualities at all. The former of these is absurd, because it implies an infinite capacity in the mind. So we must opt for the latter, and suppose that our abstract ideas represent no particular degree of quantity or quality.

I shall try to show that this inference is erroneous, by arguing •that it is utterly impossible to conceive any quantity or quality without forming a precise notion of its degrees; and secondly •that though the capacity of the mind is not infinite we can form—all at once—a notion of all possible degrees of quantity and quality. However imperfect our way of doing this may be, it may at least ·be good enough to· serve all the purposes of thought and conversation. (·My first point challenges the argument’s conclusion; my second undercuts one of its premises·.)

Viqueira

Es evidente que al formar las más de nuestras ideas generales, si no todas, hacemos abstracción de los grados particulares de cantidad y cualidad, y que un objeto no deja de pertenecer a una especie dada por Berkeley. La razón de una pequeña alteración en su extensión, duración y otras propiedades. Por consiguiente, puede pensarse que existe aquí un claro dilema que decide acerca de la naturaleza de las ideas abstractas, ideas que han proporcionado tantos asuntos de especulación a los filósofos. La idea abstracta del hombre representa a los hombres de todos los tamaños y de todas las cualidades; de lo que se concluye no puede hacerlo más que o representando a la vez todos los tamaños y cualidades posibles o no representando ninguno. Ahora bien, estimándose como absurdo defender la primera posición, por implicar una capacidad infinita del espíritu, se ha decidido comúnmente en favor de la última y se ha supuesto que nuestras ideas abstractas no representan ningún grado particular de cantidad o cualidad. Sin embargo, haré ver que esta decisión es errónea, primeramente probando que es totalmente imposible concebir una cantidad o cualidad sin formarse una noción precisa de sus grados, y segundo, mostrando que, aunque la capacidad del espíritu no es infinita, podemos formarnos a la vez una noción de todos los grados posibles de cantidad y cualidad de una manera que, aunque imperfecta, puede servir al menos para todos los propósitos de la reflexión y conversación.

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