ANÁLISIS DE LA SECCION V Y VI DE LA CUARTA PARTE DEL LIBRO I DEL TNH
LÓGICA 3
Alejandro Huerta Zamacona
Andrés Marquina
Fernando Luévano
César A Popoca
SECCIÓN V: SOBRE LA INMATERIALIDAD DEL ALMA
Idea de substancia
1.- Como toda idea se deriva de una impresión precedente, si
tuviésemos una idea de substancia de nuestro espíritu deberíamos tener
una impresión de ella. (THN I, IV, V, 3)
2.- Si se admite que la definición de una substancia es algo que
existe por sí mismo… esta definición concuerda con todo lo que es
posible concebir y no servirá jamás para distinguir la substancia del
accidente o el alma de sus percepciones. (THN I, IV, V, 4)
Asunción: Todo lo que se concibe claramente puede existir, y todo lo
que es distinguible es separado por la imaginación. Además, todo lo
que es diferente es distinguible, y todo lo que es distinguible es
separable por la imaginación. (THN I, IV, V, 5)
Conclusión: Puesto que todas nuestras percepciones son diferentes
entre sí y de todo lo restante del universo, son también distintas y
separables y pueden ser consideradas como existiendo separadamente y
pueden existir separadamente y no tener necesidad de ninguna otra cosa
para mantener su existencia. Son, por consiguiente, substancias de la
manera según la cual la antedicha definición explica una substancia.
(THN I, IV, V, 5)
Ya que no puede haber noción satisfactoria de substancia no se puede
resolver la cuestión de la materialidad o inmaterialidad del alma.
(THN I, IV, V, 6)
Idea de inherencia
1.- No tenemos una idea perfecta de nada más que de una percepción.
(THN I, IV, V, 7)
2.- Una substancia es enteramente algo diferente de una percepción.
(THN I, IV, V, 7)
C1.- Por consiguiente, no tenemos una idea de substancia. (THN I, IV, V, 7)
3.- La inherencia en algo se supone requerida para fundamentar la
existencia de una percepción. (THN I, IV, V, 7)
Conclusión: No tenemos idea de inherencia. (THN I, IV, V, 7)
Materialismo de las ideas
1.- Todos los objetos que se hallan constantemente unidos han de ser
considerados solamente por esta razón como causas y efectos. (THN I,
IV, V, 35)
2.- Como todos los objetos que no son contrarios son susceptibles de
un enlace constante, y como los objetos reales no son contrarios, (THN
I, IV, V, 35)
C1.-… se sigue que podemos determinar por meras ideas que algo debe
ser la causa de algo. (THN I, IV, V, 35)
3.- Todas nuestras percepciones no son susceptibles de una unión local
tanto con lo que es extenso como lo que es inextenso, y como el enlace
constante de los objetos constituye la verdadera esencia de la causa y
el efecto, la materia y el movimiento pueden ser considerados
frecuentemente como causas del pensar en cuanto tenemos alguna noción
de esta relación. (THN I, IV, V, 36)
Conclusión: Diremos que la cuestión relativa a la sustancia del alma
es absolutamente ininteligible. (THN I, IV, V, 36)
Refutación a Spinoza.
p1. “toda idea se deriva de una percepción precedente y que es
imposible que la idea de una percepción y la de un objeto o existencia
externa pueda representar algo diferente de un modo especifico”.
p2. “Cualquier diferencia que podamos suponer entre ellas (impresión y
objeto) nos es incomprensible y nos hallamos obligados o a concebir un
objeto externo meramente como una relación sin un término relativo o
hacer de él una percepción o impresión”.
c1. “cualquier conclusión que hagamos, relativa al enlace o
discordancia de las impresiones, no se reconocerá ciertamente
aplicable a los objetos pero, por el contrario, toda conclusión de
este género que realicemos con respecto de los objetos será
ciertamente aplicable a las impresiones”.
“no podemos jamás, mediante un principio, sino por una especie
irregular de razonamientos de experiencia, descubrir un enlace o
discordancia entre objetos que no se extiendan a las impresiones”.
p4. “No poseemos idea alguna de una cualidad de un objeto que no
concuerde o no represente una cualidad de una impresión”.
p5. “No poseemos ninguna idea de substancia que no sea aplicable a la
materia ni ninguna idea de una substancia distinta que no sea
aplicable a toda porción distinta de materia” :. Materia es
substancia.
p6. “la substancia siendo el soporte o substrato de toda cosa, debe en
el mismo instante hallarse modificada en formas que son contrarias e
incompatibles”
c2. No podemos tener una impresión de la substancia distinta de la
matera; la substancia única es absurda
SECCIÓN VI: SOBRE LA IDENTIDAD PERSONAL
P 1. La idea del Yo debe tener alguna impresión clara. (THN I, IV, VI, 2)
P2. El yo no es una impresión, sino lo que suponemos que tiene referencia a varias impresiones o ideas. (THN I, IV, VI, 3)
P3. Si una impresión da lugar a la idea del yo, la impresión debe continuar siendo invariablemente la misma a través de todo el curso de nuestras vidas, ya que se supone que existe de esta manera. (THN I, IV, VI, 3)
P4. No existe ninguna impresión constante e invariable. (THN I, IV, VI, 5)
CONCLUSIÓN: Por lo tanto, no podemos derivar la idea del Yo de una de estas impresiones, y por consiguiente, no existe tal idea . (THN I, IV, VI, 6)
P1. No puedo jamás sorprenderme a mí mismo en algún momento sin percepción alguna, y jamás puedo observar más que mis percepciones. (THN I, IV, VI, 7)
P2. Los hombres no son más que un enlace o colección de diferente percepciones que se suceden las unas a las otras con una rapidez inconcebible y que se hallan en un flujo y movimiento perpetuo. (THN I, IV, VI, 7)
P3. Sólo las percepciones sucesivas constituyen el espíritu y no poseemos la noción más remota del lugar donde estas escenas se representan o los materiales de las que están compuestas. (THN I, IV, VI, 10)
P1. A la idea distinta de un objeto que permanece invariable e interrumpido a través de las supuestas variaciones del tiempo le llamamos identidad. (THN I, IV, VI, 13)
P2. Tenemos una idea distinta de varios objetos diferentes existiendo en sucesión y enlazados entre sí por una íntima relación. (THN I, IV, VI, 13)
P3. La actividad de la imaginación por la que consideramos 4, y aquella por la que consideramos 5, es casi la misma para el sentimiento. (THN I, IV, VI, 15)
CONCLUSIÓN: Por lo tanto, esta semejanza es causa de la confusión y error que nos hace sustituir la noción de identidad a la de objetos relacionados. (THN I, IV, VI, 15)
P1. La identidad que atribuimos al espíritu humano es tan sólo ficticia y del mismo género que la que adscribimos a los cuerpos vegetales y animales. (THN I, IV, VI, 18)
P2. Debe proceder de una actividad análoga de la imaginación dirigida a objetos análogos. (THN I, IV, VI, 18)
P3. La identidad que atribuimos al género humano, por muy perfecta que la imaginemos, no es capaz de convertir en una las múltiples percepciones y hacerles perder sus características de distinción y diferencia que les son esenciales. (THN I, IV, VI, 21)
P1. El entendimiento jamás aprecia una conexión real entre objetos. (THN I, IV, VI, 23)
P2. La identidad no es nada que realmente pertenezca a las percepciones diferentes y las una entre sí, sino meramente una cualidad que les atribuimos a causa de la unión de sus ideas en la imaginación cuando reflexionamos sobre ellas. (THN I, IV, VI, 26)
P3. Las únicas cualidades que pueden dar a las ideas una unión en la imaginación son las relaciones de semejanza, contigüidad y causalidad. Éstas son los principios unificadores del mundo ideal. (THN I, IV, VI, 30)
P4. De alguna de estas relaciones depende la identidad. (THN I, IV, VI, 36)
CONCLUSIÓN: Por lo tanto, nuestra noción de identidad personal procede del progreso suave y no interrumpido del pensamiento a lo largo de la serie de las ideas enlazadas, según los principios antes expuestos. (THN I, IV, VI, 37)