UNAM
Lógica 3
Análisis de argumentos – Tratado de la naturaleza humana
Libro primero, parte IV, Secciones V y VI
Gustavo Adolfo Jarquín Pérez
José Alfredo Piña Fonseca
Miguel Ángel González Gutiérrez 305030508
Emilio Gabriel Flores Sánchez. 30627857-2
Carlos Eduardo Prud’Homme Fragoso. 30653320-8
LIBRO PRIMERO, PARTE IV, SECCIÓN V, De la inmaterialidad del alma
ARGUMENTOS
P1 Hemos encontrado contradicciones en todos los sistemas relativos a los objetos externos y en la idea de la materia que nos imaginamos tan clara (Libro 1, parte I, secciones I, III y IV).
P2 Imaginamos a nuestras percepciones internas y a la naturaleza del espíritu más oscura e incierta.
P3 Hay más contradicciones en temas que parecen oscuros que en temas que nos parecen claros (premisa implícita).
P4 Por lo tanto esperamos tropezar con mayores dificultades y contradicciones en todas las hipótesis referentes a nuestras percepciones internas y a la naturaleza del espíritu (se deriva de P1, P2 y P3).
P5 Sin embargo nos engañamos en esa conclusión porque lo relativo al mundo intelectual concuerda con él mismo.
Conclusión El mundo intelectual, aunque envuelto en infinitas oscuridades, no se halla lleno de contradicciones como las que hemos descubierto en el mundo natural.
P1 Los filósofos investigadores de las sustancias prometen disminuir nuestra ignorancia, pero a costa de llevarnos a contradicciones.
P2 Para detener las cavilaciones les preguntamos a estos filósofos ¿qué se entiende por sustancia?
P3 Es imposible responder a dicha cuestión con respecto a la materia de los cuerpos (Libro I, parte I, sección VI).
P4 Respecto al espíritu se tiene la misma dificultad que en P3, agregándosele otras más.
P5 Toda idea se deriva de una impresión precedente (Libro 1, parte I, sección I).
P6 Si tuviéramos una idea de la sustancia de nuestro espíritu, tendríamos una impresión de ella.
P7 Es muy difícil o imposible tener tal impresión.
Conclusión 1 No podemos tener idea de la sustancia de nuestro espíritu.
P8 Si estos filósofos sostienen que tenemos idea de sustancia, se requiere que indiquen de qué manera esta impresión actúa y de qué objeto se deriva. ¿Es una impresión de sensación o reflexión? ¿Es agradable, penosa o indiferente?
P9 Pueden tratar de evadir la pregunta sosteniendo que la definición de una sustancia es algo que existe por sí mismo, y que esta definición debe satisfacernos por sí misma.
P10 Todo lo que se concibe claramente puede existir.
P11 Todo lo que es diferente es distinguible y todo lo que es distinguible es separable por la imaginación.
P12 Todas nuestras percepciones son diferentes entre sí, son distintas y separables, y pueden ser consideradas como existiendo separadamente.
P13 Por lo tanto, todas las cosas pueden considerarse sustancia a la manera antedicha (se deriva de P8, P9, P10, P11 y P12)
Conclusión 2 P9 no es útil para considerar la definición de una sustancia, pues lo mismo se podría decir de cualquier cosa.
Conclusión 3 No somos capaces de llegar a una noción satisfactoria de sustancia, lo que es suficiente para abandonar del todo la disputa relativa a la materialidad e inmaterialidad del alma.
En resumen (1) No tenemos una idea perfecta de nada más que de una percepción.
(2) Una sustancia es enteramente diferente de una percepción.
(3) Por lo tanto, no tenemos una idea de sustancia.
Argumento de la inmaterialidad del alma digno de notarse para Hume:
P1 Todo lo que es extenso consiste en partes.
P2 Todo lo que tiene partes es divisible.
P3 Es imposible que algo divisible pueda ser unido a un pensamiento o percepción que es un ser totalmente inseparable e indivisible.
P4 Si existe unido a la extensión, debe existir en alguna parte y en sus dimensiones.
P5 Si existe en sus dimensiones, debe o existir en una parte particular y entonces esta parte particular es indivisible y la percepción se halla unida solamente con ella y no con la extensión, o si el pensamiento existe en todas partes, debe ser también extenso, separable y divisible como el cuerpo, lo cual es contradictorio.
Conclusión Pensamiento y percepción son cualidades totalmente incompatibles, que jamás pueden unirse en un sujeto.
El argumento anterior no afecta a la cuestión relativa a la sustancia del alma, sino solamente a la relativa a su enlace en un lugar con la materia, por lo que es adecuado considerar qué objetos son o no susceptibles de enlazarse en un lugar:
P1 La primera noción de espacio y extensión se deriva únicamente de los sentidos de la vista y del tacto (Libro primero, parte I, sección V).
P2 Lo que es extenso debe tener una figura particular.
P3 Un objeto puede existir y no hallarse en ninguna parte (máxima propuesta por Hume), y la mayor parte de los seres existen de esta manera.
P4 Una reflexión moral no puede ser colocada a la derecha o a la izquierda de una pasión, ni un olor o sonido puede tener una figura cuadrada o circular.
P5 Si las pasiones y los sentimientos no aparecen teniendo un lugar determinado, pueden existir de esta manera, ya que todo lo que concebimos es posible.
Conclusión Los objetos espirituales como las pasiones y sentimientos no son extensos y no se hallan en ninguna parte en particular.
P1 Es imposible hallar una relación más que sobre la base de una cualidad común (Libro primero, parte I, sección V).
Conclusión Las percepciones que son simples y no existen en ningún lugar son incapaces de enlazarse en un lugar con la materia de los cuerpos que es extensa y divisible.
Postulado Aunque un objeto extenso es incapaz de unirse en un lugar con otro que existe sin lugar alguno o extensión, son ambos, sin embargo susceptibles de muchas otras relaciones.
ARGUMENTO
P1.- No poseemos idea alguna de cualidad de un objeto que no concuerde con una cualidad de una impresión o no la represente. (Libro1, parte1, sección1)
P2.- No podemos hallar jamás una discordancia entre un objeto extenso y una esencia simple y sin partes, a menos que la discordancia no tenga lugar igualmente entre la percepción o impresión del objeto extenso y la misma esencia sin partes. (Reflexión libro1, parte cuarta, sección 4)
P3.- Toda idea de la cualidad de un objeto pasa a través de una impresión. (Libro 1, parte 1, sección 1)
Conclusión.- Toda relación perceptible, ya de conveniencia o de discordancia, debe ser común a la vez a los objetos y las impresiones. (Se deriva de P1, P2, P3)
P1.-Se ha dicho contra Spinoza que, un modo no siendo una existencia distinta o separada, debe ser lo mismo que su substancia. (Libro 1, parte 4, sección 5)
P2.-La extensión del universo debe, en cierto modo, unificarse con la esencia simple y sin partes, en la cual se supone el universo es inherente. (Libro 1, parte 4, sección 5)
P3.-Esto no es posible a menos que la substancia indivisible se extienda a si misma de modo que corresponda con la extensión, o la extensión se contraiga a si misma de manera que se identifique con la substancia. (Se deriva de P1, y P2)
P4.-El argumento anterior parece exacto y es claro que no se necesita más que cambiar sus términos para aplicar el mismo argumento a nuestras percepciones extensas y a la esencia simple del alma. (Se deriva de P1, yP2)
Conclusión.- el sistema de Spinoza y el de los teólogos pueden son igualmente afectados por este tipo de razonamiento. (Reducción al absurdo, se deriva de P1, P2, y P3)
P1.-No poseemos ninguna idea de substancia que no sea aplicable a la materia ni ninguna idea de substancia que no sea aplicable a toda porción distinta de la materia. (Libro1, parte 4, secciones 4 y 5)
P2.-La materia, no es un modo, sino una substancia, y cada parte de la materia no es un modo distinto sino una substancia distinta. (Libro1, parte 4, sección 5)
P3.-Tomando la idea de substancia por algo que existe por si mismo, es evidente que toda percepción es una substancia y que toda parte distinta de una percepción es una substancia distinta. (Reflexión, Libro 1, parte 4, sección 5)
Conclusión.-Una de las hipótesis tropieza con la misma dificultad con respecto de la otra. (Reducción al absurdo, se deriva de P1, P2, P3)
P1.- Se ha objetado al sistema de una substancia simple del universo, que esta substancia siendo el soporte o substrato de toda cosa, debe hallarse en el mismo instante hallarse modificada en formas que son contrarias e incompatibles. (Libro 1, parte 4, sección 5)
P2.- Las figuras cuadradas y redondas son incompatibles en la misma substancia y al mismo tiempo. (Reflexión, libro 1, parte 4, sección 5)
P3.-No es posible que la misma substancia pueda a la vez hallarse modificada en una mesa cuadrada y en una redonda. (Reducción al absurdo)
P4.-Lo mismo es aplicable a las percepciones de estas mesas. (Reducción al absurdo)
Conclusión.-La respuesta de ambos sistemas al respecto es igualmente insatisfactoria reducción al absurdo, libro 1, parte 4, sección 5)
P1.-La palabra acción (modo) no puede ser aplicada exactamente a una percepción como derivada del espíritu, como substancia pensante. (Reflexión libro 1, parte4, sección 5)
P2.-Nuestras percepciones son realmente diferentes y separables y distinguibles entre si y de todo lo demás que podamos imaginarnos. (Libro 1, parte 1, secciones 1 y 2)
Conclusión.- no es posible concebir cómo pude ser la acción o modo abstracto de una substancia. (Se deriva de P1, y P2)
P1.-La materia y el movimiento, se dice comúnmente en las escuelas, son siempre materia y movimiento y producen solamente una diferencia en la posición o situación de los objetos. (Libro 1, parte 4, sección 5)
P2.-Es absurdo imaginar que el movimiento de un círculo no debe ser más que el movimiento de un círculo, mientras que movimiento en otra dirección, como en una elipse, o debe ser una pasión o una reflexión moral. (Reducción al absurdo)
P3.-Es absurdo que el choque de dos partículas globulares se convierta en una sensación de dolor y el encuentro de dos partículas triangulares proporcione placer. (Reducción al absurdo)
P5.-Todos estos choques, variaciones y mezclas son los cambios de que la materia s susceptible y ninguno de ellos nos aporta una idea del pensamiento o percepción. (Reflexión, libro 1, parte 4, sección 5)
Conclusión.-El pensamiento no puede ser producido nunca por la materia. ( se deriva de P1, P2, P3, P4, y P5)
P1.-Jamás percibimos una conexión entre causas y efectos y sólo por la experiencia de su unión constante llegamos al conocimiento de su relación. (Libro 1, parte 3, secciones 2, 3, 4)
P2.-Todos los objetos que no son contrarios son susceptibles de una unión constante. (Libro 1, parte3, secciones 2, 3, 4)
P3.-Los objetos reales no son contrarios. (Libro 1, parte 4, sección 5)
P4.-Considerando el asunto a priori algo puede producir algo, y que jamás descubriremos una razón de por qué un objeto puede o no ser causa de otro tan grande o tan pequeño como pueda ser la semejanza existente entre ellos. (Se deriva de P1, P2, P3)
Conclusión.-aunque no se presenta ninguna relación entre el movimiento y el pensamiento, sucede lo mismo con todas las causas y efectos restantes. (Se deriva de P1, P2, P3, P4)
P1.- En realidad no existe en el universo algo semejante a un principio productivo, ni aun la divinidad misma. (Libro 1, parte 4, sección 5)
P2.-No tenemos idea de algún ser dotado con algún poder y mucho menos de uno dotado con un poder infinito. (se deriva de P1)
P3.- Podemos cambiar las expresiones y definir el poder por conexión, y decir que la idea de un ser infinitamente poderoso se halla enlazada con la de todo efecto que él quiere. (Libro 1, parte4, sección 5)
Conclusión.-Un ser cuya volición se halla enlazada con todo efecto está enlazada con cada efecto, lo que es una proposición idéntica y no nos concede un conocimiento de la naturaleza de este poder. (Se deriva de P1, P2, P3)
P1.-Suponiendo que la divinidad es el principio grande y eficaz que suple la deficiencia de todas las causas. (Libro 1, parte 4, sección 5)
P2.-La materia no puede por sí misma comunicar el movimiento o producir pensamiento, por que no existe aparente entre estos objetos. (Libro 1, parte 4, sección 5)
P3.-La divinidad no posee una conexión más aparente entre ellas o con la substancia supuesta pero desconocida para el alma. (Se deriva de P1, P2)
Conclusión.-la divinidad es el autor de todas nuestras voliciones y percepciones. (Se deriva de P1, P2, P3)
ARGUMENTO A FAVOR DE LA INMATERIALIDAD DEL ALMA.
P1.- Todos los objetos que se hallan constantemente unidos han de ser considerados solamente por esta razón como causas y efectos. (Libro 1, parte 3, sección 2 y 3)
P2.-Todos los objetos que no son contrarios son susceptibles de un enlace constante. (Libro 1, parte1, sección 4)
P3.-Los objetos reales no son contrarios. (Observación)
Conclusión.-Podemos determinar por meras ideas que algo debe ser la causa de algo. (Se deriva de P1, P2, P3)
ARGUMENTO EN CONTRA DE LA INMATERIALIDAD DEL ALMA.
P1.-La cuestión relativa a la substancia del alma es absolutamente ininteligible. (Libro 1, parte 4, sección 5)
P2.-Todas nuestras percepciones no son susceptibles de una unión local tanto con lo que es extenso como con lo que es inextenso, siendo unas de un género y las otras de otro. (Libro 1, parte 1, sección 4)
P3.- El enlace constante de los objetos constituye la verdadera esencia de la causa y el efecto. (Libro 1, parte 1, sección 4)
Conclusión.-La materia y el movimiento pueden ser considerados frecuentemente como causas del pensar en cuanto tenemos alguna noción de esta relación. (Se deriva de P1, P2, P3)
Libro primero, parte cuarta, sección VI, De la identidad personal
Tesis 1: No tenemos una idea del yo de manera consciente y continuada a través de la existencia.
Argumento 1
P1) Toda idea se deriva de una impresión precedente (parte 1, sección 1).
P2) El yo no es una impresión, sino lo que suponemos no hace más que una referencia a una colección de impresiones o ideas (observación de la experiencia).
P3) Si una impresión diera lugar a la idea del yo, la impresión debería continuar siendo la misma a través del curso de nuestras vidas, si se supusiera que existe continuamente (premisa 1 y postulado).
P5) No existe una impresión de esta manera (observación de la experiencia).
C1) El yo no existe de manera continuada (premisas 2, 3 y 4)
C2) Los hombres no son más que un enlace o colección de diferentes percepciones que se suceden las unas a las otras con una rapidez inconcebible y que se hallan en un flujo y movimiento perpetuo (premisas 2, 3 y 4).
Explicación acerca del por qué atribuimos identidad a nuestras percepciones continuas (Argumento a favor de la tesis 1)
Argumento 2
P1) Tenemos una idea distinta de un objeto que permanece invariable e ininterrumpido a través de las supuestas variaciones del tiempo, y a esto le llamamos identidad (observación de la experiencia)
P2) Tenemos una idea de varios objetos diferentes existiendo en sucesión y enlazados entre sí por una íntima relación (observación de la experiencia).
P3) La imaginación por la que consideramos el objeto ininterrumpido e invariable y aquella por la que reflexionamos sobre la sucesión de objetos relacionados son casi las mismas para el sentimiento (introspección).
C1) Esta semejanza es la causa de la confusión y error que nos hace sustituir la noción de identidad a la de objetos relacionados (premisas 1,2,3)
C2) Fingimos la existencia continua de las percepciones de nuestros sentidos para evitar la interrupción y recurrimos a la noción de un alma, yo y sustancia, para desfigurar la variación ( a partir de la conclusión 1 y de lo que otros sistemas han postulado).
Tesis 2
Cuando atribuimos identidad, en un sentido impropio, a los objetos variables o interrumpidos, nuestro error no se limita a la expresión, sino que va comúnmente acompañado con algo invariable e ininterrumpido o de algo misterioso e inexplicable, o al menos de una tendencia a tales ficciones
Argumento 3
P1) Los objetos que son varia¬bles o interrumpidos, y sin embargo se suponen uno mismo continuo, son tan sólo aquellos que poseen una sucesión de partes enlazadas entre sí por semejanza, conti¬güidad o causalidad (tesis del sistema, parte 2, sección V) .
P2) Sólo por error podemos atribuirles una identidad (de la premisa 1)
P3) La relación de las partes que nos lleva a este error no es más que una propiedad que produce una asociación de ideas y una fácil transición de la imaginación de una [de la distinción entre percepciones discontinuas] a la otra [a la idea de la identidad de las percepciones] (las ideas de la imaginación si son diferentes entonces son separables por el pensamiento y la imaginación, parte 1, sección 3; por eso es que podemos hacer arreglos en el pensamiento y fingir ideas).
C1) Los objetos a los que atribuimos identidad, sin que éstos sean invariables e ininterrumpidos, son aquellos que están formados de una sucesión de objetos relacionados [y no necesariamente los mismos, ni necesariamente objetos continuos]. ( A partir de la premisa 1, 2 y 3)
Argumentos a favor de la conclusión del argumento 3:
Argumento 3.1)
P1) El paso del pensamiento de un objeto antes del cambio de ciertos objetos de la experiencia después de ellos mismos es tan suave y fácil que apenas percibimos la transición y nos inclinamos a imaginar que no es más que una consi¬deración continua de los mismos objetos (observación de la experiencia).
C1) Los objetos a los que atribuimos identidad, sin que éstos sean invariables e ininterrumpidos, son aquellos que están formados de una sucesión de objetos relacionados (a partir de la premisa 1).
Argumento 3.2)
P2) Un cambio en una parte considera¬ble de un cuerpo destruye su identidad; pero es notable que cuando el cambio se produce gradual e insensiblemente somos menos capaces de atribuirle el mismo efecto (observación de la experiencia).
C1) Los objetos a los que atribuimos identidad, sin que éstos sean invariables e ininterrumpidos, son aquellos que están formados de una sucesión de objetos relacionados(a partir de la premisa 1).
Tesis 3
La identidad que atribuimos al espíritu humano es tan sólo ficticia y del mismo género que la que adscribimos a los cuerpos vegetales o anima¬les. No puede, pues, tener un origen diferente, sino que debe proceder de una activi¬dad análoga de la imaginación dirigida a objetos análogos.
Argumento 4)
P1) En una sucesión de objetos relacionados se requiere que el cambio de las partes no sea repentino ni total para mantener la identidad (observación de la experiencia).
P2) Cuando los objetos son en su naturaleza mudables e inconstantes admitimos una transición más repentina que la que sería compatible otras veces con esta relación (observación de la experiencia).
P3) Es el efecto de una tan fuerte relación que, aunque cada uno debe conceder que en pocos años los vegetales y los animales han sufrido un cambio total, les atribuimos identidad, aunque su forma, tamaño y substancia se hallan total¬mente alterados (observación de la experiencia).
P4) El ser humano es un cúmulo de percepciones mudables (a partir del argumento 1 y 2).
P5) Debemos emplear el mismo razonamiento relativo a la identidad para objetos mudables (postulado del sistema; premisa implícita).
C1) La identidad que atribuimos al espíritu humano es tan sólo ficticia y del mismo género que la que adscribimos a los cuerpos vegetales o anima¬les (a partir de las premisas 1 a 5).
Argumento 5
La identidad que atribuimos al espíritu humano no es capaz de convertir en una las múltiples percepciones y hacerles perder sus características de distinción que les son esenciales.
Cada percepción es una existencia distinta, diferente, distinguible y separable de cada una de las otras percepciones (esto lo señala Hume desde el libro primero, primera parte, sección III, p.4)
A pesar de esta distinción, suponemos que la serie total de percepciones se halla unida por la identidad. La cuestión aquí es si esta identidad es algo que realmente enlaza entre sí varias impresiones o algo que asocia sus ideas en la imaginación.
Se había dicho que el entendimiento no aprecia jamás una conexión real entre objetos sino que el supuesto enlace se resuelve en una asociación habitual de ideas (libro primero, parte tercera, sección VI, p.12).
Se sigue entonces que la identidad no es nada que realmente pertenezca a estas percepciones diferentes y las una entre sí, sino una cualidad que les atribuimos a causa de la unión de sus ideas en la imaginación.
Las únicas cualidades que pueden dar a las ideas una unión en la imaginación son las tres relaciones de semejanza, contigüidad y causa-efecto. Estas relaciones son los principios unificadores del mundo ideal.
Se dijo anteriormente que nuestra noción de identidad personal procede del progreso suave y no interrumpido del pensamiento (en esta misma sección VI, párrafo 10)
Este progreso continuo es causado por dos relaciones: La semejanza y la causalidad.
Semejanza
La colocación frecuente de las percepciones semejantes en la serie del pensar hace pasar a la imaginación más fácilmente de un término a otro y hace que el todo parezca la continuidad de un mismo objeto. Es entonces la memoria la que además de descubrir la identidad, contribuye a su producción, creando la relación de semejanza entre las percepciones .
Causalidad.
Nuestras impresiones dan lugar a las ideas correspondientes y estas ideas, a su vez producen otras impresiones (de reflexión o pasiones). Así los componentes del espíritu se hallan en una relación en la que unas generan a o otros y a su vez se destruyen entre si, me refiero que partir de ciertas ideas que se dan por la reflexión , surgen nuevas impresiones y estas a su vez generan nuevas ideas, cambiando el carácter y la disposición de la persona que los tiene.
A pesar de estos cambios la relación de causalidad entre los componentes del espíritu ( ideas e impresiones) los mantiene enlazados.
De este modo la presencia de las pasiones, lejos de dispersar al espíritu en una pluralidad de partes distantes, lo unen con fuerza gracias a la influencia de los dolores o placeres pasados o futuros en nuestra disposición y carácter.
El espíritu recibe una multiplicidad de percepciones, mismas que la memoria almacena y hace surgir las impresiones de percepciones pasadas. Es por esto que la memoria es la fuente de la identidad personal, pues por sí sola nos hace conocer la continuidad y extensión de la sucesión de impresiones. Si no tuviésemos memoria no podríamos tener ni siquiera la noción de causalidad, ni por consiguiente la cadena de causas y efectos entre ideas e impresiones que constituyen nuestra persona. Sin embargo nuestra identidad personal se extiende más allá de nuestra memoria por la adquisición de la noción de causalidad.
Podemos concluir al respecto que la identidad depende de las relaciones de la ideas, y que estas relaciones producen la identidad por medio de una transición fácil que ocasionan.
Sin embargo las relaciones y la facilidad de la transición pueden disminuir por grados insensibles, es por esto que no tenemos un criterio exacto que nos sirva para decidir el momento en que se adquiere o pierde el derecho al nombre identidad.
Por esta razón todas las discusiones referentes a la identidad de objetos relacionados son verbales, excepto en tanto que las relaciones de las partes dan lugar a alguna ficción o principio de unión imaginario.
El origen de la noción de identidad puede aplicarse igualmente a la simplicidad. Pues un objeto cuyas diferentes partes coexistentes se hallan enlazadas entre sí por una relación íntima actúa sobre la imaginación del mismo modo que un objeto totalmente simple e indivisible. La semejanza del acto del entendimiento en ambos casos hace que el espíritu atribuya una simplicidad y finga un principio de unión como el sostén de esta simplicidad y el centro de todas lasa diferentes partes y cualidades del objeto.